El Discípulo Amado

Fue el único apóstol que estuvo al pie de la cruz del Señor. Fue quien recibió el encargo a nombre de toda la humanidad, de ser hijo de María. Fue sin lugar a dudas el discípulo a quien Jesús amaba.

El hijo del Zebedeo era el menor de los Doce, todos murieron antes que él. El pasó sus últimos momentos prisionero en una Isla, en la que escribió las Revelaciones o Libro del Apocalipsis. Sí, el fue Juan, el otro discípulo nombrado por Pedro.

Él y su hermano Santiago estaban remendando las redes para pescar, cuando el Maestro los llamó a seguirle; no estaban en un gran seminario lleno de libros. Por alguna razón les dio el nombre de Hijos del Trueno, es decir Boanerges. Son los dos hijos de aquella mujer que pidiera a Jesús que cuando llegue a su Gloria, los sentara a uno a su izquierda y al otro a su derecha, los mismos que aceptaron beber del mismo cáliz que Jesús bebería.

San Juan el evangelista. El águila que retoma el vuelo para mostrar la libertad de su predicación. El amor de seguir a su Maestro hasta la virtud. El cuidado de su madre como propia. La lectura de que Dios nos conoce a cada uno de nosotros. La capacidad de brindar a toda la humanidad un nuevo Sol, la Luz de luces. San Juan, el que corrió desnudo, el que vistió de luz a la humanidad.

El precursor también se llamaba Juan, era el bautista, y es el que introduce la Luz. Juan, el evangelista la propaga desde cielo con el vuelo del águila. Juan el Bautista el primero, Juan el evangelista el último. El menor de los apóstoles, el que no murió martirizado.

Además de la Luz, san Juan también era un apóstol del amor. Nos cuenta San Jerónimo que Juan ya muy anciano, era llevado a las asambleas de fieles de Efeso para predicar, siempre los exhortaba al amor

San Irineo nos cuenta que Juan, luego de los martirios de Pedro y Pablo, se fue para Efeso, en donde se estableció con María, ahora su madre. Luego fue llevado a Roma en donde tuvo una sentencia de muerte que no llegó a ejecutarse; luego fue enviado a la Isla de Patmos en donde recibió las revelaciones y posteriormente regresó a Efeso a escribir su evangelio.

«Hijitos míos, amaos entre vosotros . . .» Alguna vez le preguntaron por qué repetía siempre la frase, respondió San Juan: «Porque ése es el mandamiento del Señor y si lo cumplís ya habréis hecho bastante».

A la edad de noventa y cuatro años, San Juan fallece muy pacíficamente en Efeso.

el discipulo amado casa virgen
Casa de la Virgen. Efeso

El discipulo amado solsticio

3 comentarios sobre “El Discípulo Amado

    1. Por evangelios apócrifos se sabe que fue una mujer llamada Salomé. Se cree también que era hermana de María, la madre de Jesús, esto por el texto 19, 25 del evangelio de Juan.
      María viene a ser la Madre de la humanidad encargada por el propio Salvador, cuando desde la cruz le dice: Hijo ahí tienes a tu Madre, y por eso Juan la llevó a vivir con él.

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