Es una historia que pasa casi desapercibida, excepto para los buscadores de misterios. Estos, sin ningún reparo la ubican como algo extraño que ha sucedido en Chicago, allá por los años 30 y 40 del siglo XX.
Una niña de nombre Mary Alice Quinn, hija de inmigrantes irlandeses que vivía al sur de Chicago, muy católica en su proceder, hacía penitencias para agradar a Dios. Trataba de imitar a su santa favorita, de quien era muy devota, Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, popularmente conocida como santa Teresita Lisieux.
Mary Alice sufría una enfermedad del corazón, que nunca se supo exactamente de que se trataba, pero, según lo que se cuenta en las calles, fue precisamente de esa enfermedad que murió siendo aún muy joven.
Mary Alice nació el 28 de diciembre de 1920, y falleció el 8 de noviembre de 1935, cuando contaba solo con catorce años de edad.
Ella era muy conocida en la ciudad de Chicago, las personas iban a verla a pedirle favores, que consistían en milagros. Mary Alice solía decir, que ella ayudará mucho más cuando ya no esté aquí sino en el cielo, junto a Jesús y a su amada santa Teresita.
Las personas que la cuidaban no estaban muy contentas con que eso suceda, y por consejo de alguien, cuando la enterraron en el cementerio del Santo Sepulcro, escondieron la tumba de Mary Alice, la pusieron bajo una lápida de la Familia Reilly, pero, el pueblo estaba muy interesado en continuar recibiendo los milagros de Mary, y logró encontrar la tumba, e inmediatamente cambiaron la lápida, por una que contenía su nombre.
La tumba siempre tiene visitas. Siempre está con ofrendas de todo tipo. Están las rosas y más flores, así como rosarios y medallas de santa Teresita, entre otras cosas más.
Algo particularmente hermoso de esta tumba, es que siempre está con un olor a rosas, y ni siquiera la nieve del invierno logra tapar el bello aroma. Hay muchos testimonios de curaciones milagrosas, incluso, hay un libro que relata uno de esos milagros. El escritor Edward Shanahan, sostiene que él mismo fue testigo de un milagro realizado luego de orar en la tumba de Mary Alice Quinn.
Lo que se conoce de Mary Alice Quinn, proviene de los «cazadores de fantasmas». De los investigadores de mitos, pero más allá del libro de Shanahan, no existe mucho material. Parece que poco a poco se va olvidando a esta niña, si no fuera, porque aun hay flores en su tumba, incluso en invierno, y porque compañías de turismo, realizan visitas guiadas a varias zonas misteriosas y fantasmagóricas de la ciudad de Chicago, y la tumba de Mary Alice es uno de sus atractivos.
En una investigación preliminar y meramente monográfica, no he encontrado nada en absoluto sobre una declaración de la Iglesia Católica a este respecto. Sin embargo, he iniciado una serie de consultas a la Arquidiócesis de Chicago, para obtener respuestas. Espero que pronto pueda compartirlas.

- SAN LUDOVICO DE CASORIA
- Salmo 66 (67)
- INTRODUCIDOS EN LA VIDA MISMA DE JESÚS
- Salmo 65 (66)
- BEATA JUANA MARÍA DE MAILLÉ
- SAN RUPERTO

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