Creemos que Dios se deleita y celebra nuestra felicidad. Ya lo dice la Biblia que en el cielo hay fiesta cuando uno de nosotros se convierte. Si, entonces Dios de seguro festeja que, cuando cada uno de nosotros, así como en comunidad logramos una victoria.
Por eso, nosotros, también debemos festejar y alegrarnos sobremanera, cuando hacemos las cosas en nombre en Dios. Cuando oramos, cuando actuamos con la obras y cuando nos juntamos en filial amor con toda la comunidad.
Toda la ayuda que podamos dar, todo el apoyo que podamos brindar, debe ser en el nombre del Señor. Cada una de nuestras victorias en nombre del Dios, es una victoria para Él mismo, según su plan. Y cuando adecuamos su voluntad a la nuestra, conseguimos un total y absoluto triunfo del Bien Supremo.
De la misma manera, cuando otros hagan sus obras, cuando otros oren Su nombre, cuando otros le representen, debemos alegrarnos aún más, porque mientras más seamos más grande será la victoria del cumplimiento del plan de Dios.
Cantar de los Cantares 2: 8-14 o Sofonías 3: 14-18 Salmo 33: 2-3, 11-12, 20-21 Lucas 1: 39-45
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