Algo que siempre nos han enseñado cuando éramos niños, es que, Dios siempre nos está cuidando. Y que Él nos ayuda en nuestra preparación, para la vida y para la iglesia, si es que no es lo mismo.
Para la gran espera de la llegada de su Hijo Santo, Dios ha enviado muchas señales, ha enviado profetas para preparar el camino del Salvador, y al final envió a Juan el Bautista, como prueba del máximo y último profeta.
El nacimiento de Jesús es constante, sí, constante, por eso es que la fecha no es tan importan, sino solo para organizar el calendario. Suena como feo, pero no es así; Jesús está a cada instante naciendo en nuestros corazones, y cada vez que lo perdemos inicia una vez más, la espera, es decir el adviento. Es que los tiempos litúrgicos son para entender mejor lo que sucede en nuestra propia vida y en la vida de la comunidad.
Ahora, en el calendario, viene la Navidad. La vamos a celebrar con gran amor. Es la prueba de la venida de nuestro Salvador. La comunidad en espera y el amor de Dios manifestado. Jesús, el Hijo de Dios ha nacido.
Pocas horas y nuevamente el Señor estará con nosotros. Que hermosos ciclo, en el que Jesús ha venido a quedarse. “Yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”. Grandiosa promesa del Dios Salvador. Y es verdad, él nunca se ha ido, está con nosotros, por eso se llama Emmanuel.
¿Se imaginan las maravillosas obras que haríamos si tomáramos conciencia de que Jesús está con nosotros? Sólo darle las gracias por ese inmenso amor.
Malaquías 3: 1-4; 4: 23-24 Salmo 25: 4-5, 8-9, 10, 14 Lucas 1: 57-66
- SAN DAMIÁN DE VEUSTER O DE MOLOKAI
- ¿Será South Side el Silicon Valley de la tecnología de próxima generación?
- Illinois detiene distribución de vacuna Johnson & Johnson
- LA CARIDAD, GARANTÍA DE LA UNIDAD DE LA IGLESIA
- LA LUCHA POR LA FE


Donativo
Necesitamos tu Ayuda
$5.00