SAN PABLO, primer ermitaño.

Tenemos muy pocas noticias seguras de su vida, que se desarrolló entre los siglos III y IV. San Jerónimo escribió su vida. Nació hacia el año 228 en la Baja Tebaida (Egipto), de familia cristiana y acomodada. Pronto quedó huérfano de padre y madre, y heredó una gran fortuna. Cuando arreció la persecución de Decio, que obligaba a rendir culto a los dioses del imperio bajo pena de muerte, Pablo prefirió retirarse al desierto, donde pasó, en solitario, el resto de sus días llevando una vida de austeridad y penitencia, dedicado por completo a la contemplación de las cosas divinas. San Antonio Abad lo visitó en una ocasión. Murió más que centenario. La leyenda y el arte han adornado su vida con episodios extraordinarios.
Oración:
Señor Jesús, te damos gracias por tan grande santo, Pablo el ermitaño, y con su intercesión, enséñanos como a él, a cumplir siempre tu santa Voluntad. Amén.
