Por estos lugares, cuando la conversación versa sobre sucesos misteriosos, tarde o temprano alguien contará la historia del Dr. Robert Brown, que incluso ha salido en algunos medios.
En la madruga mientras dormía, el Dr. Brown logró entre dormido y despierto, contestar una llamada telefónica, que desde el otro lado de la línea un tipo le pedía ir urgentemente a atender una emergencia. El Dr. Brown, aunque de mala gana, pero por su juramento hipocrático, se vistió, tomó su instrumental para emergencias y completamente sólo, salió rumbo a Alan Street de Chicago. Una vez allí golpeó la puerta, pero nadie abría; el Dr. Brown insistió mucho, y por fin, una voz desde dentro le grita preguntando que quiere. Brown responde que lo han llamado para una emergencia, y le contesta esa misma voz, que nadie ha llamado a nadie, que se retire.
El Dr. Brown, un poco asustado, mirando de un lado para otro, se lamentó de la mala broma que le habían hecho, o de que simplemente copió mal la dirección. Se fue para su casa y se olvidó del asunto.
Algunos meses más tarde, llamaron al Dr. Brown de la sala de emergencias de un hospital cercano. Le decían que un individuo de nombre John Turner lo necesitaba urgentemente.
Fue hacia el hospital y efectivamente encontró a un hombre que desesperado lo llamaba. Le preguntó que pasaba.
-Se acuerda Dr. de una llamada que recibió en la madrugada y cuando fue no lo recibieron?
Si, respondió el buen doctor.
-Pues era yo. Me quedé sin trabajo y no podía mantener a mi familia, y al ver la desesperación de mis hijos por el hambre, tomé la decisión de llamar a un médico para matarlo y luego vender sus instrumentos y, de esa manera dar un poco de alivio a esos niños; yo creí que iba a ir sólo, pero cuando lo vi con aquel hombre robusto, sentí temor y no lo hice. Por eso no lo maté doctor y ahora, antes de morir le pido perdón.
El doctor Brown le perdonó y se retiró pensativo, pues él no recuerda a ningún hombre robusto que lo haya acompañado…
También cuentan de una niña pequeña, que trataba de alcanzar a su perro que se había soltado de la cadena; en eso empezó a correr hacia la calle. Mientras tanto, dentro de casa se encontraba su padre, al que una voz le ordena, sal por tu hija, y con un impulso extraordinario corre hacia la calle y logra llegar justo en el momento antes de que ella sea atropellada por un camión recolector de basura, cuyo chófer no se había percatado de su presencia.
Las dos historias hacen referencia a los ángeles custodios. Seres espirituales, que según el cristianismo, son adjudicados a todos los seres humanos, desde el momento mismo de la concepción, para acompañarlos y protegerlos durante toda su vida.
Pero no siempre se tenía la nomenclatura de ángeles guardianes, hasta antes del Pseudo Dionisio el Areopagita todos eran ángeles, pero éste sabio los clasificó en la Jerarquía Angélica, aproximadamente en el siglo IV o V.
Luego la fiesta se dio por primera vez en Inglaterra, por el siglo IX, extendiéndose a toda Europa, hasta que en el 1600 el Papa declaró como fiesta de los Ángeles Custodios el 2 de octubre de cada año.
Solo quedaría saber que dice la ciencia… ya lo veremos
Saludos
El Blog de Zack
Buenas historias Dios lo bendiga exitos siga adelante
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