El Fuego de Macomb

Lou Willey estaba en su cocina y notó un humo junto a la estufa, y en la pared apareció una pequeña mancha café que creció rápidamente hasta convertirse en fuego; rápidamente la apagó y así evitó un incendio.

Era el 7 de agosto de 1948 y pocos días antes había recibido en su casa a sus sobrinos Wonet y Arthur Jr McNeil, ya que sus padres se habían divorciado recientemente. También vivía con ella su esposo Charles Willey.

Éstos fenómenos empezaron a repetirse por toda la casa. Iniciaban con una mancha café que cada vez oscurecía más de la que se producía una fuerte llama. Fueron tantos los incendios que tuvieron que intervenir los vecinos para poder apagarlos. El fenómeno se repetía todos los días. Todo se estaba volviendo inexplicable. El jefe de bomberos de Macomb sugirió que serían el pegamento del papel tapiz que combinado con el repelente de insectos ocasionaban el fuego.

Para el día 13 la casa estaba rodeada de bomberos y curiosos, y fue delante de ellos que se volvió a repetir el fenómeno. Para ese momento los Willeys y sus sobrinos estaban durmiendo en el granero, y fue precisamente éste el que se incendió quedando solo cenizas para recordarlo. En resumen, con fuego espontáneo se quemaron la casa y dos graneros. Gracias a un vecino amable pudieron ir a vivir en una casa cercana que tenía desocupada.

La prensa informaba diariamente sobre los sucesos y entre sus reportajes ya aparecían un sinnúmero de hipótesis y teorías, con las que explicaban los causantes de esos fuegos instantáneos. Algunos insistían en el repelente de insectos, otros que debe haber alguna sustancia química que la estaba provocando; incluso el Dr. C. W. Bennet del Departamento de Química del Western Illinois Teacher College combinaba las dos teorías, decía que el insecticida más los fósforos era un gran combustible. Los fenómenos de los incendios de los Willey se hicieron tan famosos, que hasta la Fuerza Aérea del Ejercito de los Estados Unidos dio su opinión, y dijo que se trataban de una serie de frecuencias de radio que estaban siendo probadas por el enemigo de ese momento, es decir, la Unión Soviética. Y los más decían que se trataba de una intervención sobrenatural de espíritus buscando comunicarse con los vivos.

Al final, el 30 de agosto las autoridades anunciaban que los indicios llevaban hacia Wonet McNeil, que según consta en los registros, estaba muy deprimida por haberse separado de su madre y lo que más quería era regresar a Bloomington donde ella vivía, y en su desesperación empezó a incendiar todo lo que a su paso se encontraba. El subjefe de bomberos del estado, John Burgard, dijo que todo lo había hecho Wonet McNeil con una caja de fósforos y mucho papel periódico. Entonces se llevaron a la niña de 13 años a interrogarla, pero ella lo negó todo. Dijo que ella no había manipulado los cerillos y que no había hecho nada con papel de periódico. Fue presionada y al final aceptó que ella lo hizo todo pero sin explicar cómo.

Contra ésta solución quedaba que los fuegos espontáneos eran en muchos sitios a la vez, lo que haría imposible que una sola persona haya logrado encenderlos. Y tenían tal precisión de inflamarse que lo hacían en presencia de testigos. La última teoría que surgió, que a los largo del tiempo ha servido de base de algunos libros, es que el fuego fue encendido por piroquinesis por parte de Wonet. Ella en su depresión logró reunir las fuerzas psíquicas necesarias para lograrlo

La verdad es que ninguna de las teorías tiene pruebas contundentes. Ni mucho menos la de la piroquinesis que es un tipo de telequinesis, pero que es exclusiva para encender fuego.

Al final fue llevada ante los tribunales y el juez la envió a vivir con su abuela Daisy Johnson en Marseilles, Illinois. La aseguradora pagó los daños a los Willeys. Los terrenos hoy pertenecen a una compañía minera y nadie hizo más entrevistas y reportajes. Todo acabó y pasó al misterio.

Saludos