Mes de María – Día 23 – El Blog de Zack

Mes de María – Día 23

De los favores que los primeros cristianos recibían de la presencia de la Virgen Santísima.

° Ella era su consejera.
° Su modelo.
3 . ° Su refugio.

La preparación (Aquí) como en la pág. 21

PUNTO I. Cuando Jesús dejó este mundo, quiso dejar a su Santísima Madre para que guiara a la naciente Iglesia. Los primeros cristianos acudían a ella en busca de orientación y para aprender sobre la práctica de las virtudes evangélicas. Los fieles la consultaban como su Maestra y como un oráculo vivo de la Iglesia. María disfrutaba ayudando a resolver sus dudas, enseñándoles y compartiendo la sabiduría que había adquirido en sus conversaciones con su Hijo. En nuestros momentos de duda, también podemos acudir a María con confianza, pedirle orientación e iluminación, y confiar en que nos ayudará con la sabiduría y las gracias que necesitamos.

PUNTO II. La Virgen María mostraba muchas virtudes como la modestia, la humildad, la caridad y la devoción. Su vida era un ejemplo perfecto de santidad para personas de todas las edades y condiciones. Las personas solían admirar sus virtudes y cualidades amables y seguir su ejemplo. Debemos seguir el ejemplo de nuestra santa Madre, imitar sus virtudes y seguir su camino. Si estudiamos su vida y sentimientos, aprenderemos a ser fieles a Dios, a ser caritativos y a vivir con pureza e inocencia. También aprenderemos a amar y servir a Dios sobre todas las cosas, a ser humildes, modestos, piadosos, fervorosos y fieles a nuestros deberes.

PUNTO III. La Virgen María protegía a los primeros cristianos. Cuando tenían problemas personales o sufrían persecuciones, los fieles recurrieron a la Madre de Dios, confiando en su poder para ayudarlos. Podemos confiar en ella también en nuestros momentos difíciles, tanto espirituales como físicos. Si la invocamos con fe y confianza, podemos estar seguros de que escuchará nuestras oraciones. Si a veces sentimos que no se cumplen, es porque tal vez no hemos orado con la disposición adecuada.

La oracion para despues de la meditación (Aquí) pág. 25 y luego
la siguiente:

ORACION

¡Oh María, oh refugio mío! Muchas veces me he sentido esclavo del infierno por mi culpa, pero tú has roto mis cadenas y me has librado de mis enemigos. Aun así, temo caer de nuevo, porque sé que su furia no descansa y que se regocijan con la idea de tenerme algún día como su prisionero. Santísima Virgen, sé mi apoyo y mi defensa. Con tu protección, estoy seguro de vencer; pero haz que nunca olvide invocarte en todas las tentaciones y pruebas de la vida, especialmente en el último y más terrible combate que el maligno espíritu planea presentarme en mi hora final. En ese momento, que tu nombre esté en mis labios y en mi corazón, y que expire pronunciando tan dulce nombre, para que lo repita en el cielo con los elegidos que no dejan de alabarte. Amén.

EJEMPLO

Devocion de san Francisco de Sales á la Inmaculada Concepción

En el día de la festividad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, este santo se preparó con gran esplendor para celebrarlo con solemnidad. Como diácono, estableció una hermandad penitente dedicada a la Inmaculada Concepción, alentando a sus miembros a venerar este sagrado misterio con suma reverencia. Más tarde, como obispo, declaró el día de la Concepción de María como festivo en su diócesis y se preparó para ello con ayunos, vigilias y oraciones para honrar este glorioso misterio. Durante su consagración, experimentó un profundo éxtasis, viendo a la Santísima Trinidad en su alma y a la Reina celestial extendiendo su manto sobre él. A lo largo de su vida, mostró gran devoción a María, alentando a otros a honrarla y venerarla. Creía que si las personas entendieran verdaderamente la grandeza del amor de la Madre de Dios y su papel en ayudar a la humanidad, buscarían ansiosamente maneras de mostrar gratitud y afecto hacia ella. Enfatizó la importancia de amar y honrar a María, ya que ella nunca deja de recompensar las muestras de cariño de sus hijos, colmándolos de dones celestiales. (1)

PRACTICA

Pedid todos los dias á la Virgen Santísima, que os alcance la gracia de enmendar vuestros defectos.

JACULATORIA

Virgo virginum praeclara, fac me tecum plangere.

Oh Virgen la más excelente de todas, concededme un
verdadero dolor de mis pecados

Lo demás (Aquí) como en la página 28

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